Con Placas Solares y Sin Luz

Por: Elivette Díaz Miranda, estudiante de maestría en Relaciones Públicas.

Las placas solares fueron, para muchos, la solución a meses sin energía después del paso del huracán María en septiembre del 2017. Ante la realidad de utilizar por décadas energía de fósiles (petróleo); las placas solares han sido la solución para disminuir la factura de consumo mensual en los hogares puertorriqueños.

        Hasta el 2018 existían cerca de 10,300 hogares con paneles solares. Luis Gerardo Rivera fue uno de tantos hogares que antes del huracán había
instalado el sistema de recogido solar para ir poco a poco transformando su hogar a uno más eco amigable y ver reducciones en los pagos mensuales por energía a la Autoridad. Su hogar, que cuenta con 29 paneles solares de 250 watts cada uno, y capaces de producir 7 kilovatios, fueron instalados por un perito electricista y diseñado por un ingeniero electricista con una inversión de 22 mil dólares.

“Fue un proceso de tres meses. En ese tiempo había pocas compañías que se dedicaban a las placas solares. Investigué mucho porque sabía de personas engañadas por negocios que no cumplían lo que prometían”. Rivera comenzó el proceso a finales de julio de 2014. “La instalación demoró como un mes, pero lo que se tardó fue la inspección y aprobación de la Autoridad. Eso fue como dos meses”, finalizó Rivera.

Su casa no es independiente a la AEE. Tiene un sistema de facturación neta. El hogar de Rivera le “vende” energía a la Autoridad mientras su hogar no está consumiendo. El estudio de carga reflejó que necesita 40 kilos, pero sus 29 placas solares producen 38 kilos, por lo que siempre
tendrá que pagar por la diferencia. Sus facturas mensuales están desglosadas por lo que consume y lo que produce, pagando un promedio de $13 al mes.
Durante el huracán María la situación fue muy distinta al tener un sistema de placas con medición neta, y mientras todo el país estaba sin luz, su casa también estuvo sin energía. Para resolver esa situación debía adquirir baterías, inversión que no realizará. “Estaba consciente del sistema de facturación de la Autoridad cuando decidí comprar las placas. Sabía que tardaría entre 9 a 10 años en recuperar la inversión. Si compro las baterías que me cuestan 14 mil dólares, estaría añadiendo años al retorno del dinero que invertí”, concluyó Rivera.

El residente de Caguas manifiesta que no se arrepiente de tener los paneles solares en su hogar. Además, instaló un calentador solar y se encuentra en el proceso de cambiar su estufa y secadora a una de gas para reducir el consumo mensual. Para enfrentar un huracán adquirió un generador
de 8 kilos que le dará energía ante una emergencia. El proceso de obtener ahorro en energía con placas solares puede ser de dos maneras:
independizarse de la AEE, o solo buscar un ahorro en la factura mensual. Si el fin es desligarse de AEE, debe adquirir los paneles solares con su equipo de conexión y un sistema de baterías, para almacenar la energía y que pueda ser usada en su diario vivir. Al añadir baterías el costo del
equipo aumenta ya que, proporcionalmente, esta es la parte más costosa de todo el sistema.

Si por el contrario el propósito es pagar menos mensualmente por concepto de luz; se instalan las placas que producen la energía, no incluye las baterías, y coordina inspecciones y permisos con AEE. Esa producción pasa a AEE creando un crédito neto por factura. Janice Pedraza, ingeniero electricista de la oficina de distribución de la AEE, explica que después del huracán María resurgió la necesidad de los hogares a tener un sistema complementario adicional a la Autoridad. “Luego de María aumentaron las solicitudes para certificar hogares. Fue una avalancha, pero poco a poco se han ido procesando todos los
permisos” señaló la ingeniera. En abril pasado se creó la Ley 17-2019 que expone, entre otras cosas, que la energía solar producida por residencias se pueda vender a la AEE a base de una estructura tarifaria de Medición Neta Real muy cercana al mercado actual. Lo que significa que
la tarifa anterior era a un precio por debajo del mercado.

“Nuestra meta es aprobar los permisos para medición neta, según los requisitos, en 30 días y actualmente lo estamos logrando” comentó Pedraza. Indagamos en varias empresas de venta de paneles solares en la isla, donde la inversión fluctúa entre 20 y 25 mil dólares, incluyendo dos baterías para almacenamiento. Generalmente estas empresas incluyen los permisos y coordina las inspecciones con la AEE. El proceso entre instalación, permisos, y que comience a funcionar el sistema en su casa puede tardar sesenta días.

Por otro lado, las industrias y empresas privadas están utilizando sus techos y terrenos para obtener energía del sol. Un ejemplo es el Centro de Convenciones ubicado en Miramar, donde todo su estacionamiento acoge 17,000 paneles más 2,000 paneles en el techo del edificio principal. A un costo de 20 millones por instalación y equipo, el Centro de Convenciones genera 8,000 megavatios por hora de electricidad por año. En conclusión, se ahorran $562,000 al año en pagos a la AEE, disminuyendo su compra de energía en un 77%. En la parte ambiental, reducen la emisión a la atmósfera de 4,300 unidades de dióxido de carbono (CO2). Otros ejemplos son Medtronic Puerto Rico, con una finca de 17 cuerdas en Juncos que tiene 18,000 placas. Pero no solo las empresas industriales se han acogido a este sistema; negocios como la Panadería la Borinqueña en Caguas cuenta con placas fotovoltaicas en su techo como solución a un ahorro en pagos por energía a AEE y ser eficientes.