La pena de muerte y los derechos humanos

Organizaciones estudiantiles de la Escuela de Ciencias Sociales y Comunicación participaron de un conversatorio como parte del Día Internacional en Contra de la Pena de Muerte, donde se recalcó la importancia de los derechos humanos.

Por: Karen Rivera Soto

En esta actividad, realizada el 10 de octubre,  estuvieron orientando a la comunidad universitaria: el licenciado Kevin Miguel Rivera, presidente de la Coalición Mundial Contra la Pena de Muerte, la licenciada Mádeline Colón, presidenta de la coalición puertorriqueña contra la pena de muerte, el Monseñor Eusebio Ramos Obispo de la iglesia católica de Caguas y el señor Juan Meléndez, activista puertorriqueño.

El licenciado Rivera indicó que existen alrededor de 198 países en las Naciones Unidas y dentro de estos países todavía alrededor de 55 a 56 países que todavía utilizan la pena de muerte como parte de su proceso judicial.  Además, expresó que “ciertamente la lucha en contra de la pena de muerte se está ganando y esas son las buenas noticias”.  Por otro lado, tristemente todavía hay lugares en los cuales se continúa utilizando la pena de muerte incluso con crímenes que ni siquiera tienen que ver con asesinato.  Más aún, la pena de muerte en muchas ocasiones se implanta o es utilizada en contra de las minorías, es decir, personas de diferente raza y color. Asimismo, la mayoría de los ejecutados son personas en pobreza y sin recursos. “La pena de muerte no va detrás de la verdad, va detrás de la venganza” indicó Rivera.  Lo triste es que las estadísticas indican que alrededor de 162 personas inocentes fueron condenadas a muerte y algunas de estas personas ya han sido ejecutadas.  Los derechos humanos no deberían ser para unas personas si y para otros no.

 Por su parte, la licenciada Colón dice que como antes mencionado en Puerto Rico la pena de muerte ya no es algo que se practica, pero al ser colonia de los Estados Unidos todavía estamos sujetos las leyes que éstos implanten y en el 1976 ellos restituyen la pena de muerte a nivel federal.  Asi que, en los casos federales la pena de muerte puede ser considerada como parte de la sentencia en un caso si éste así lo ameritara.  Es por esta razón, por lo que se decide abrir una organización llamada Coalición para luchar en contra de la pena de muerte porque aquí en Puerto Rico ya se abolió y es algo en lo que no se cree, pero que somos obligados a practicar federalmente. 

De la misma forma, el Monseñor Eusebio Ramos habló acerca del valor de la persona y que la iglesia ha rechazado la pena capital.  Además  fue repudiada por el Papa Francisco, quien ha implantado un cambio en las clases de catecismo y en las enseñanzas de la iglesia modificando el artículo 2267 del catecismo para de esta forma estar en contra de la pena de muerte, en cualquier caso. Esto fue cambiado porque en la primeras civilizaciones se practicaba la Ley del Talión: ojo por ojo y diente por diente.  A esto se le debe añadir que el Antiguo Testamento  presenta como uno de los mandamientos el no matar. “Pero Jesús dice no se opongan al que les hace el mal, al contrario, cualquiera que le dé una bofetada póngale la otra mejilla, es decir, toda vida humana es sagrada” expresó Monseñor Eusebio Ramos.  

En esta actividad también se presentó un documental llamado Juan Meléndez 6446 elaborado por el profesor de la Universidad del Turabo Luis J. Rosario Albert que relata la vida del señor Juan Meléndez un hombre que fue acusado de un asesinato que no había cometido y sentenciado a pena de muerte.  Por suerte o a modo de un milagro, tras varias apelaciones a esta sentencia, Melendez  logró mostrar su inocencia y fue puesto en libertad.  Él mismo desde su salida se ha dedicado a realizar charlas y actividades para concientizar a las personas y a los lideres de los países a cambiar su manera de pensar y de ver la pena capital.  “La pena de muerte está comprobado que no disuelve crimen” expreso Meléndez.  Lo más importante de esto es que se le puede otorgar la libertad a una persona inocente condenado a cadena perpetua, pero a una persona ejecutada no se le puede devolver la vida, aquí no hay retorno.  

            La pena de Muerte fue implantada como castigo para algunos criminales, pero la misma fue abolida en Puerto Rico en el año 1929 aunque el gobierno federal sigue utilizando o imponiendo esta práctica contra los acusados de crímenes de asesinato.